DIGNIDAD

>> martes, abril 06, 2010




Dignidad.
El final del verano no había hecho sino precipitar los acontecimientos. Lo que hasta entonces habían sido señales confusas y diseminadas eran ya un montón de señales nulas. O, a lo peor, inequívocas.
J empezaba a sentir la derrota en su piel, las heridas abiertas y sangrantes, el cansancio acumulado en las rodillas. Pero, aún así, todavía hizo un último esfuerzo, un gesto desesperado, un último arrebato de locura heroica que cualquiera hubiese advertido inútil. Quiso conformarse, resignarse a no perderla por completo, entregarlo todo a cambio de una mínima parte de aquel amor raquítico. Pero eso ya no podía ser porque era no querer admitir una verdad diáfana y gigantesca, no aceptar la derrota y querer negociar un honorable final con la punta de la espada enemiga apoyada en tu yugular. Él, sin tan siquiera proponérselo, había querido averiguar hasta dónde puede llegar un hombre enamorado, y se sorprendió de cuan lejos puede hacerlo. Hasta perder la dignidad –si es que existe tal virtud-.

2 comentarios:

Ramiro Curá 30 de abril de 2010, 8:14:00 GMT  

Juankita!! siempre que leo algo tuyo se me viene un calificativo a la cabeza: "Sinceridad".

Escritos que apelan directamente al corazón...

Deberías prodigarte más!!!

Un abrazo.

Juanca V. 8 de noviembre de 2010, 20:17:00 GMT  

GRACIAS Rami!!

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