PRUDENCIA

El mundo es demasiado grande como para que cualquier sitio que elijas no sea casi siempre el sitio equivocado.
Y precisamente así es como J se sintió tras algunos acontecimientos. Prudencia, se repitió varias veces en voz baja. Como si la prudencia tuviese algún sentido cuando tus dos pies están ya en el vacío, a varios metros del borde del acantilado.
J seguía dentro del cuento, pero había perdido el mapa del tesoro, y todos los caminos lo conducían a lugares que estaban desiertos.
Tal vez todo tuviese que ver con la sensación de no saber adónde ir, y cuando eso ocurre uno acaba siempre llegando demasiado lejos.